La rica Verga de mi papá

Por: Anónimo

Una vez cuando tenía 15 años, mi mamá fue al súper con mi hermana y mi papa y yo nos quedamos en casa, parecía una tarde normal entre padre e hijo, vimos un partido de fútbol, charlamos un poco, almorzamos y mi papá se puso a beber mientras yo jugaba con el Nintendo, mi mamá llamó para decirnos que pasarían a la casa de mi tía así que aun no llegarían a la casa, mi papá dijo que se iría a recostar un rato porque le dolía la cabeza y yo seguí jugando... En fin, pasaron las horas y mi mamá no regresaba, así que quise ir a ver a mi papá a ver si había hablado con ella, la puerta estaba abierta así que metí mi cabeza para hablarle y en eso, me llevo la sorpresa de mi vida, mi papá estaba desnudo, viendo porno mientras se masturbaba, era algo raro de ver, pero no puedo mentir, me excito mucho. Mi papá es un tipo maduro, con buen cuerpo, aunque no del todo atlético, sin embargo había algo en él que lo hacia ver deseable, muy peludo y con un pene para morirse, era enorme, sus testiculos redondos y grandes, mi pene se ereccion o en un dos por tres, era la primera vez que miraba a mi padre desnudo desde que me bañaba con él cuando tenía unos 3 o 4 años, claro que no recordaba muy bien como era el pene de mi padre y claro, en ese momento ni si quiera sabia lo que era la atracción sexual. El punto es que mi papá era todo un maduro, macho, peludo. Me excite mucho así que comencé a masturbarme viendo a mi padre hacer lo mismo, la diversión no duro mucho, pues sonó el teléfono y mi papá paro de pajear su rica verga que tanto me encantaba, así que corrí a mi cuarto esperando que no me hubiera visto y decidí acabar acostado en mi cama, con los ojos cerrados e imaginando esa imagen tan excitante y sexy de mi papá pajeandose. Creo que jamás podré olvidarlo, fue una sensación única en donde la adrenalina me subió hasta el limite, me habría encantado que la metiera en mi boca, o aun mejor, que la enterrara en mi culo, pero seamos realistas, eso nunca pasara, al menos tengo esa imagen guardada en la cabeza. Y con eso me basta.