septiembre 30, 2015
Publicado Por David Castillo
8 Comentarios
Por: edgar69
Soy un chico de 25 años, soltero, estudiante universitario, delgado y sin experiencia sexual alguna con chicos.
Inicié mis prácticas de campo previo a graduarme y fui asignado a una municipalidad del occidente del país.
Ahi conoci a Luis, un chico de mi misma edad y de mi misma carrera profesional.
Nos conocimos buscando una casa de huéspedes y cuando la encontramos decidimos compartir el dormitorio para que nos saliera mas barato.
Hicimos una muy buena amistad y al cabo de dos meses de estar viviendo juntos y sin haber probado mujer, Mario entró de pronto en el dormitorio mientras yo me masturbaba. Los dos nos chiviamos y para romper el hielo, él me dijo:
-no tengas pena, yo te acompaño.
Se bajó el pantalón y el calzoncillo y se puso a masturbarse y yo hice lo mismo.
Al ver como su mano frotaba esa verga, me excité mas. Su verga era blanca, delgada y no muy grande; caso todo lo contrario a la mia.
Yo estaba loco; no sabía que hacer; y le dije:
- pajiame vos y yo te pajeo a vos ¿te parece?
- ¿de veras?
-Sí.
Y así, desnudos empezamos a pajearnos. Senti su cuerpo y su piel lampiña y eso me excitó mas.
De pronto sentí su boca cerca de la mía y un beso apasionado. No me pude resistir. Nos besamos ardientemente.
-¿Te gustaría que te chimara?, me preguntó.
- no porque me dolería.
-Y ¿si nos mamamos nuestras vergas?
Y sin decir mas el bajó a mi verga y me la empezó a mamar.
-Dejame ahora a mi.
y procedí a hacer lo mismo. Su verga era deliciosa, nunca había probado algo tan rico.
Y así estuvimos largo tiempo hasta que acabamos los dos y luego despues de besarnos nos dormimos juntos, desnudos.
A la mañana siguiente, al despertar sentí su verga entre mis nalgas; se estaba moviendo y ese movimiento me gustaba y me exitaba.
-Chimame, le dije.
-Pero te va a doler.
-Dale estoy dispuesto.
Le mamé su verga hasta ponerla bien erecta y ties y mojada y mi saliva sirvió de lubricante.
Mario empezó a meterla poco a poco, hasta que yo sentí que ya estaba adentro.
-Dale, metela.
Entonces empezó con ese movimiento ritmico de adentro hacia afuera, tal como lo había hecho cuando nos mamamos haciendo el sesenta y nueve la noche anterior.
Sentía un placer delicioso, que no se puede describir.
Sentí como Mario agarraba velocidad hasta que oì un gemido de placer que decía "ahhhh".
Fue cuando él terminó y eyaculó adentro de mi. Yo no eyaculé pero admito que esa metida y saca de verga constante, me gustó muchisimo y ahora cada vez que me acuerdo, suspiro por mario.
No he encontrado a un chico como él, pero creo que el ano ha quedado preparado para una próxima vez.
Soy un chico de 25 años, soltero, estudiante universitario, delgado y sin experiencia sexual alguna con chicos.
Inicié mis prácticas de campo previo a graduarme y fui asignado a una municipalidad del occidente del país.
Ahi conoci a Luis, un chico de mi misma edad y de mi misma carrera profesional.
Nos conocimos buscando una casa de huéspedes y cuando la encontramos decidimos compartir el dormitorio para que nos saliera mas barato.
Hicimos una muy buena amistad y al cabo de dos meses de estar viviendo juntos y sin haber probado mujer, Mario entró de pronto en el dormitorio mientras yo me masturbaba. Los dos nos chiviamos y para romper el hielo, él me dijo:
-no tengas pena, yo te acompaño.
Se bajó el pantalón y el calzoncillo y se puso a masturbarse y yo hice lo mismo.
Al ver como su mano frotaba esa verga, me excité mas. Su verga era blanca, delgada y no muy grande; caso todo lo contrario a la mia.
Yo estaba loco; no sabía que hacer; y le dije:
- pajiame vos y yo te pajeo a vos ¿te parece?
- ¿de veras?
-Sí.
Y así, desnudos empezamos a pajearnos. Senti su cuerpo y su piel lampiña y eso me excitó mas.
De pronto sentí su boca cerca de la mía y un beso apasionado. No me pude resistir. Nos besamos ardientemente.
-¿Te gustaría que te chimara?, me preguntó.
- no porque me dolería.
-Y ¿si nos mamamos nuestras vergas?
Y sin decir mas el bajó a mi verga y me la empezó a mamar.
-Dejame ahora a mi.
y procedí a hacer lo mismo. Su verga era deliciosa, nunca había probado algo tan rico.
Y así estuvimos largo tiempo hasta que acabamos los dos y luego despues de besarnos nos dormimos juntos, desnudos.
A la mañana siguiente, al despertar sentí su verga entre mis nalgas; se estaba moviendo y ese movimiento me gustaba y me exitaba.
-Chimame, le dije.
-Pero te va a doler.
-Dale estoy dispuesto.
Le mamé su verga hasta ponerla bien erecta y ties y mojada y mi saliva sirvió de lubricante.
Mario empezó a meterla poco a poco, hasta que yo sentí que ya estaba adentro.
-Dale, metela.
Entonces empezó con ese movimiento ritmico de adentro hacia afuera, tal como lo había hecho cuando nos mamamos haciendo el sesenta y nueve la noche anterior.
Sentía un placer delicioso, que no se puede describir.
Sentí como Mario agarraba velocidad hasta que oì un gemido de placer que decía "ahhhh".
Fue cuando él terminó y eyaculó adentro de mi. Yo no eyaculé pero admito que esa metida y saca de verga constante, me gustó muchisimo y ahora cada vez que me acuerdo, suspiro por mario.
No he encontrado a un chico como él, pero creo que el ano ha quedado preparado para una próxima vez.
